Vaya con la caló en NY

viernes, julio 04, 2008

~Take Out~

Anoche fuimos al cine a ver una peli indie, de poco presupuesto, que se llama Take Out. La verdad es que al principio no estaba muy convencida de querer ver un día en la vida de un repartidor de tele-campero, versión china en Nueva York, pero David me dijo que había recibido muy buenas críticas (ha sido ganadora del premio del jurado del Festival de Nashville y la han seleccionado para otros festivales en Estados Unidos), y además, nunca está de más apoyar al arte independiente.

Rodada en vídeo digital, y en un estilo que casi parece un vídeo casero, Take Out nos muestra un día en la vida de Ming Ding, un inmigrante chino ilegal que se dedica a repartir comida china a domicilio (el famoso take out, que nos salva a más de uno la noche aquí en Nueva York). La peli empieza con un par de matones que van a buscar a Ming, ya que les debe dinero por haberlo traído ilegalmente a los Estados Unidos. En un apartmento en el que viven hacinados un montón de chinos, los dos matones le dicen a Ming que consiga los $800.00 esa misma noche para saldar los pagos en los que va atrasado o el tío al que le debe la pasta le aumentará la deuda, ya que esto de venir a los Estados Unidos es "un negocio y no una institución caritativa". Ming no sabe cómo va a conseguir el dinero en menos de 24 horas. Como él hay cientos de personas en esta ciudad, y consigue que una amiga que trabaja en una fábrica ilegal de confección le preste $500.00... pero todavía le faltan $300.00 y las propinas que puede llegar a conseguir en un día de reparto no llegan ni a $100.00. Cuando va a empezar su turno de repartos en un cuchitril en el Upper West Side de Manhattan, le cuenta sus penas a su compañero de reparto, Young, que le presta otros $150.00 y le dice que le dejará hacer sus repartos también para que pueda conseguir los $150.00 que le faltan.

Lo que en un principio parece que no puede resultar interesante, una hora y media de repartos a domicilio que no llegan ni a los 5 minutos de interacción, nos muestra un retrato increíble del tejido social de esta ciudad por medio de la relación entre este repartidor chino, que apenas habla inglés, y la gente a la que le reparte la comida: latinos de Washington Heights (para los que el restaurante tiene tostones), negros de los projects, artistas, estudiantes de Columbia y gente de alto poder adquisitivo del Upper West Side. Con momentos de humor, compañerismo y frustración, Ming pedalea bajo la lluvia para poder conseguir esas propinas que paguen su American Dream.

Me encantaría que esta película llegase al Festival de Cine de Málaga, ya que aunque no sea representante del cine español, nos presenta el fenómeno de la inmigración y de la lucha por la supervivencia, las ansias de mejorar y el proceso de adaptación de los seres humanos en un entorno que no es el suyo y que en más de una ocasión les es hostil. Y esto es un fenónemo que nos afecta a todos.

La próxima vez que decida escatimarle la propina al Ming, al Pedro o al Hassan de turno, voy a pensármelo dos veces.