~ Qué la fuerza nos acompañe ~
Llevo días en los que estoy atacá. No sé si será la caló húmeda y pegajosa de Güeva Yós o si he alcanzao ese punto de coger la puerta y salir corriendo como las locas, como cantaría mi querida Martirio.

Parte de este atacamiento es que creo que puede que estemos poseídos por las fuerzas del maligno (no Satanás, que aquí no se estila, sino por el Real Estate neoyorkino) y que se han apoderado de nuestras almas descarriadas, vendidas en hipoteca de a 30 años. Increíble la bulla que te meten para que te metas en too un beregenal de papeles por firmar, firmas sin papeles, abogaos, brokers y eso sí, afloja la bolsa y pon un güevo y parte del otro como depósito. No nos prometen la eterna
juventú (y menos con este estressssss), pero a ver si al menos podemos tener un güanberuum en Brooklyn, que pa algo nos hemos metío en este lío.

Para colmo tengo a los gatos atacaos. Yo no sé si es que es la luna llena o qué. Y encima como er Davi-mari está en el país del sol naciente, pues me trago too el atacamiento gatuno yo solita con patatas.

Menos mal que hoy me ha llegao un mail de la Noel-mari del Pilar, contándome sus planes para cuando se venga a ver a sus niñas y a su niño. Sé que la veré a finales de agosto, y aunque parezca que queda lejos, me hace una ilusión horrorosa... De irnos al Pintxos y sentarnos con la caló a cargarnos algo. Además me ha contao que Manolo, un amigo común de la Noel y mi hemmana la Mon, se viene pa NY, así que ¿pa qué queremos más, Nicolás?. Bueno, y ya pa colmo, me llama el Lluis de Hong Kong y me dice que también se viene a Güeva Yós unos días, a principios de agosto.

Estoy muerta. Voy a apoltronarme en el sofá y terminarme el libro que me ha prestao María, y al que estoy enganchada: "Un milagro en equilibro" de Lucía Etxeberría.