~Añoranza~
El otro día me entró la morriña y decidí alquilarme Martín (Hache). Hacía siglos que no la veía y recordaba que, a pesar de ser un poco deprimente, me encantó. Total que me la alquilé en el Netflix y me la tragué enterita en la butaca de mi casa, con mi cervecita....
No defraudó. Sigue tan buena y tan humana como la recordaba. Hay algunas películas que pierden con el paso del tiempo... Ésta, no. Me emocioné con Cecilia Roth y su dolor, con Hache y su búsqueda de sí mismo y de la aceptación de su padre... También me llegó al alma el mensaje final de Hache a su padre (el otro Martín) y a Dante, grabado en una cinta de vídeo, sobre los motivos por los que decide dejar Madrid:
“Me tengo que volver, no sé muy bien por qué, no sé qué es lo que me tira tanto, no sé qué es lo que extraño, no sé si extraño... Los techos... Puede ser los techos, los techos de las casas. Son muy feos, cuadrados, blancos, con tanques de agua puestos como de boleo, como que a la gente no le da bola, como que la gente los desprecia, como si los tejados no fueran parte de la casa. En Madrid los techos son hermosos, hay tejas, hay chimeneas, hay colores, no se puede comparar. Pero ves, extraño los techos de Buenos Aires, es una boludez pero me pasa”.
Creo que aún no me tengo que volver, sin embargo extraño mucho, muchísimo, el olor de sal y el graznido de las gaviotas.
El otro día me entró la morriña y decidí alquilarme Martín (Hache). Hacía siglos que no la veía y recordaba que, a pesar de ser un poco deprimente, me encantó. Total que me la alquilé en el Netflix y me la tragué enterita en la butaca de mi casa, con mi cervecita....
No defraudó. Sigue tan buena y tan humana como la recordaba. Hay algunas películas que pierden con el paso del tiempo... Ésta, no. Me emocioné con Cecilia Roth y su dolor, con Hache y su búsqueda de sí mismo y de la aceptación de su padre... También me llegó al alma el mensaje final de Hache a su padre (el otro Martín) y a Dante, grabado en una cinta de vídeo, sobre los motivos por los que decide dejar Madrid:
“Me tengo que volver, no sé muy bien por qué, no sé qué es lo que me tira tanto, no sé qué es lo que extraño, no sé si extraño... Los techos... Puede ser los techos, los techos de las casas. Son muy feos, cuadrados, blancos, con tanques de agua puestos como de boleo, como que a la gente no le da bola, como que la gente los desprecia, como si los tejados no fueran parte de la casa. En Madrid los techos son hermosos, hay tejas, hay chimeneas, hay colores, no se puede comparar. Pero ves, extraño los techos de Buenos Aires, es una boludez pero me pasa”.
Creo que aún no me tengo que volver, sin embargo extraño mucho, muchísimo, el olor de sal y el graznido de las gaviotas.
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