~Liberté, égalité, fraternité, Paul Auster y pulque~
Un domingo tranquilo en Málaga implica levantarse tarde, ponerse un Santa Cristina, bajar a por el Sur, y leértelo mientras te tomas el café y disfrutas de tu domingo.
Un domingo tranquilo en Brooklyn implica levantarse tarde, ponerse un Santa Cristina, bajar a por el New York Times (cosas de la geografía) y leértelo mientras te tomas el café. Últimamente no bajamos mucho a por el periódico, si no que nos enchufamos a la versión on line, mientras nos tomamos el café. A decir verdad, a mí me gusta más la versión de toda la vida... pasar mis páginas y acabar con las manos negras, todo con mucha tranquilidad, porque para eso es domingo.
Esta mañana, como todos los domingos, nos hemos levantado tarde, nos hemos puesto nuestro café, hemos ojeado nuestros respectivos periódicos y nos hemos tirado a la calle con la caló al Bastille Day de los franceses, ya que hay un buen grupo de ellos que viven en Cobble Hill y todos los 14 de julio celebran su día jugando a la petanca, bebiendo beaujolais y pastis con agua, jugando al futbolín, mientras hay bandas tocando al aire libre. Cortan una manzana de Smith Street y las llenan de tierra y allí que tienen su concurso de petanca, junto al Bar Tabac, un bistro francés que no está nada mal. La cosa se anima mucho y dura hasta las 8 de la tarde. Total que allá que fuimos a vernos con unos amigos que son franceses y disfrutar un rato de su día.
Como estaba hasta los topes de gente y hacía mucha caló y era imposible pedirse nada sin tener que esperar un rato, decidimos ir a tomarnos una cervecita en un bar que nos encanta, el Brooklyn Inn, en Bergen y Hoyt, y que cuenta la leyenda es un bar que frecuentan escritores como Paul Auster o Jonathan Lethem. La verdad es que no les he visto por ahí, y eso que vamos casi todos los domingos a tomarnos una cervecia y echar un rato con Lauren, la bartender de los domingos. Hoy estaba también hasta los topes de la gente que venía del (o pasaba de estar en) Bastille Day. Estuvimos un rato tomándonos unas cervezas y a eso de las 7.30 tiré con un grupo de amigas a Southpaw a ver a un grupito muy guapo de Valencia, La Pulquería. No estaba yo muy segura de saber exactamente qué tipo de música tocaban, pero me hacía mucha ilusión ver a un grupo español tocar en mi Brooklyn del alma. Fue un concierto muy divertido, ya que su directo es muy bueno y muy cañero y el público acabó pegando botes como locos (hasta los americanos) y bebiendo tequila a ritmo ska-punk-mariachi. Hacía tiempo que no bailaba de aquella manera y casi me creo que tengo 10 años menos y que estoy en los baretos de mi Málaga y de Fuengirola, a los que iba a escuchar música "alternativa"... Jajaja ¡qué tiempos aquéllos! y no me puedo creer que ahora lo esté disfrutando en Nueva York.
Este domingo no habrá sido nada tranquilo, pero pasármelo bien, sí que me lo he pasado. Y ahora vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar...
Un domingo tranquilo en Málaga implica levantarse tarde, ponerse un Santa Cristina, bajar a por el Sur, y leértelo mientras te tomas el café y disfrutas de tu domingo.
Un domingo tranquilo en Brooklyn implica levantarse tarde, ponerse un Santa Cristina, bajar a por el New York Times (cosas de la geografía) y leértelo mientras te tomas el café. Últimamente no bajamos mucho a por el periódico, si no que nos enchufamos a la versión on line, mientras nos tomamos el café. A decir verdad, a mí me gusta más la versión de toda la vida... pasar mis páginas y acabar con las manos negras, todo con mucha tranquilidad, porque para eso es domingo.
Esta mañana, como todos los domingos, nos hemos levantado tarde, nos hemos puesto nuestro café, hemos ojeado nuestros respectivos periódicos y nos hemos tirado a la calle con la caló al Bastille Day de los franceses, ya que hay un buen grupo de ellos que viven en Cobble Hill y todos los 14 de julio celebran su día jugando a la petanca, bebiendo beaujolais y pastis con agua, jugando al futbolín, mientras hay bandas tocando al aire libre. Cortan una manzana de Smith Street y las llenan de tierra y allí que tienen su concurso de petanca, junto al Bar Tabac, un bistro francés que no está nada mal. La cosa se anima mucho y dura hasta las 8 de la tarde. Total que allá que fuimos a vernos con unos amigos que son franceses y disfrutar un rato de su día.
Como estaba hasta los topes de gente y hacía mucha caló y era imposible pedirse nada sin tener que esperar un rato, decidimos ir a tomarnos una cervecita en un bar que nos encanta, el Brooklyn Inn, en Bergen y Hoyt, y que cuenta la leyenda es un bar que frecuentan escritores como Paul Auster o Jonathan Lethem. La verdad es que no les he visto por ahí, y eso que vamos casi todos los domingos a tomarnos una cervecia y echar un rato con Lauren, la bartender de los domingos. Hoy estaba también hasta los topes de la gente que venía del (o pasaba de estar en) Bastille Day. Estuvimos un rato tomándonos unas cervezas y a eso de las 7.30 tiré con un grupo de amigas a Southpaw a ver a un grupito muy guapo de Valencia, La Pulquería. No estaba yo muy segura de saber exactamente qué tipo de música tocaban, pero me hacía mucha ilusión ver a un grupo español tocar en mi Brooklyn del alma. Fue un concierto muy divertido, ya que su directo es muy bueno y muy cañero y el público acabó pegando botes como locos (hasta los americanos) y bebiendo tequila a ritmo ska-punk-mariachi. Hacía tiempo que no bailaba de aquella manera y casi me creo que tengo 10 años menos y que estoy en los baretos de mi Málaga y de Fuengirola, a los que iba a escuchar música "alternativa"... Jajaja ¡qué tiempos aquéllos! y no me puedo creer que ahora lo esté disfrutando en Nueva York.
Este domingo no habrá sido nada tranquilo, pero pasármelo bien, sí que me lo he pasado. Y ahora vamos a la cama que hay que descansar, para que mañana podamos madrugar...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home