Vaya con la caló en NY

domingo, julio 27, 2008

~Sombra doble~

Como todos los domingos, me he levantado tardecillo y me he puesto mi Santa Cristina, mientras me leo mi Sur digital y el New York Times para ponerme un poco al día de lo que pasa en el mundo. A pesar de la comodidad y de la rapidez de las ediciones digitales, sigo echando de menos la textura del papel, el ponerte los dedos negros, el pasar las páginas y sacar el boli para encontrar los siete errores o el ver a mi padre hacer crucigramas. No es lo mismo tomarte un café con tu periódico que delante del ordenador.

A pesar de que llevo ya tiempo en Brooklyn, y de que me encanta la ciudad en la que vivo, sigo echando ciertas cosas de menos. Una de ellas es el café y la manera que tienen de ponerlo en Málaga. A mí que me digan lo que quieran, que mucho cocktail, y mucho glamour, pero un sombra doble, o una nube, o un cortado bien puestos no tienen precio.

Cuando llegué aquí me era imposible entender que la gente se tomase los cafés en vasos de papel y los fuesen llevando de un lado para otro: en el metro, en la calle, en el parque... El café en Nueva York parece ser un apéndice que tienen la mayor parte de los ciudadanos y creo que ahí reside la diferencia fundamental entre tomarse un café en Nueva York, que es más por necesidad de cafeína, y tomárselo en Málaga, que suele ser por necesidad de echar un rato con los amigos. Claro, que después de tanto tiempo aquí, ya me he hecho como ellos, y me llevo mi termo de café por la mañanas y me lo tomo durante mi trayecto en metro. Y ellos se han hecho un poco más como nosotros con coffee shops (nada que ver con los de Amsterdam) en cada esquina. Mi Santa Cristina mañanero es la combinación de mis dos mundos: necesidad de cafeína y recuerdos de los buenos ratos en mi tierra, que puedo saborear todos los días de camino al trabajo.

Tampoco acabo de enterarme de los tamaños de los cafés que ponen en Starbucks, café globalizado que a mí personalmente no me gusta demasiado, con tallas imposibles como tall, grande y venti, con lo cual cada vez que se me ocurre pedir un café en Starbuck me hago un lío, ¿porque cómo se relaciona la palabra tall con un café chico? ¿o que el grande sea un café mediano? Aparte ahora la ciudad de Nueva York ha pedido que todos los establecimientos de fast food pongan a la vista de todos la cantidad de calorías que tienen sus productos. Así que en Starbucks te tienen que decir que si te tomas un Coffee Frappuccino Grande te estás jincando 240 calorías en pajita... Vamos, igualito a tomarse una granizada de café de Santa Gema o de Casa Mira... ¡Y es que no hay color!

La foto de hoy es de mi café de los domingos y la taza es para mí la versión cañí del genial Forges de lo que sería una escena de Sex and the City... Dos muchachas en un bar y la una le susurra a la otra: "El rubio del fondo no te quita ojo", a lo que la otra le contesta: "Es por mi bocata panceta... es mi endocrino". No hay mejor manera de empezar un domingo que con Forges y Santa Cristina.

1 Comments:

  • At 8:15 a. m., Blogger Adaldrida said…

    Es genial la foto, mi primo tiene esa misma taza... ¿me dejas que te la piratee en mi blog?

     

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