Vaya con la caló en NY

sábado, agosto 09, 2008

~New York Moments~

Existe un fenómeno en Nueva York que se conoce como New York moments y que son aquellos momentos totalmente inesperados bastante difíciles de describir: un comentario divertido de alguien en el metro que hace reir a todos los pasajeros en hora punta; encontrarte de casualidad por la 5 Avenida con un compañero del instituto al que no has visto desde que terminaste el COU; ir al cine y en cuanto se termina la peli, sale el director sin que nadie lo espere a contestar preguntas sobre su obra ... El miércoles tuvimos uno de esos New York moments. Resulta que le dije a mi primo que si hay algo que hacer en Nueva York es salir a comer porque la cantidad de restaurantes y de tipos de comida que puedes encontrar en esta ciudad supera cualquier idea que uno pueda tener sobre el buen comer: que te apetece comer comida india, pues te vas a Murray Hill, o como lo llaman aquí, Curry Hill, y te pones hasta las botas de paneer o de carne tandoor; que prefieres comida latina, te coges el metro a Jackson Heights y puedes tomar leche de avena, pupusas o ceviche; que hace frío y te apetece comida de invierno e hipercalórica, metro para Greenpoint para comer pierogis y kielbasa...

Bueno, a lo que íbamos, que convencí a mi primo para que fuésemos a cenar sushi a uno de mis restaurantes favoritos del East Village, que está lleno de garitos y de restaurantes japoneses. Nada, que entramos en Typhoon Lounge, un sitio que está lleno de estudiantes japoneses de NYU. Mi primo no estaba muy convencido con eso de comer pescado crudo, pero le comí el tarro y le dije que aparte de sushi este sitio tiene otros platos más parecidos a nuestras "tapas": pinchitos, croquetas, pero en versión japonesa. Total, que el camarero nos sienta en una mesa y justo en la mesa de al lado hay una pareja con una niña monísima. Le digo a mi primo: "Éstos son españoles" (es que cuando llevas tanto tiempo fuera de casa, en seguida reconoces a los tuyos). Me pareció raro, ya que no he visto a muchos españoles en este garito, y el único que conozco es a un madrileño al que conocí en La Nacional, Antonio, que siempre que voy (y suelo ir como una vez por semana a subirme los niveles de mercurio en sangre) está fijo en la barra, con su cervecita y su sushi. Llega nuestra camarera y nos toma nota. Le pregunto a mi primo qué es lo que ha hecho ese día, si ha visto algo de la ciudad, cuando de repente, el padre de la mesa de al lado nos pregunta: "¿Sois españoles?"... Bueno, empezamos a charlar con Martín, Sole y Estela, ¿De dónde sois? Ellos, de Madrid, como mi primo; yo, de Málaga. ¿Vivís aquí? Bueno, él está de vacaciones, pero yo vivo aquí. ¿De Málaga? ¿Y no la echas de menos? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? Pues ya me dirás si la echo de menos, que llevo casi 9 años viviendo aquí... Oye, ¿te gusta el flamenco? No lo entiendo mucho, pero me encanta, y si encima te digo que la feria de Málaga empieza dentro de ná, ya me dirás. Verás, es que nosotros tenemos una compañía y estamos balando justo aquí al lado, ¿por qué no os pasais? Me encantaría. Mira, mañana tocamos y bailamos en Lincoln Center, al aire libre, y es gratis. Llámame y os sentais con nosotros en primera fila. Oye, pues me encantaría poder veros. Total que Martín nos pasa su número y quedamos en que le llamamos al día siguiente para ir a ver un poco de flamenco, que a mí me va haciendo falta porque aunque me ponga al Camarón y a la Estrella Morente en casa, no es lo mismo que verlo en vivo. Como Martín y Sole han terminado de cenar, se despiden de nosotros... Oye, no te olvides de llamarme, que te digo que va a estar bien. Sí, sí, te llamo mañana. Nos despedimos de ellos. ¡Qué mona que es Estela! Por un momento, es como si estuviese en un bar de Málaga, pero en vez de estar comiendo pescaíto, me estoy cargando un sushi espectacular.

Mi primo y yo terminamos de cenar (no logré convencerle para que comiese sushi, y eso que pedí un California roll, que no tiene pescado, pero creo que la idea de comer pescado crudo le supera) y al salir le digo, vamos a acercarnos al teatro para ver de qué compañía son Martín y Sole. Cruzamos la calle a ver el cartel que tienen en la puerta del Theatre 80 y me quedo flipada... Hemos estado charlando con la bailaora y el director de Noche Flamenca, Soledad Barrio y Martín Santangelo. ¡No me lo puedo creer! ¡SOLEDAD BARRIO! Y nosotros, aquí, tan panchos, charlando con Sole, Martín y Estela, su hija, como si nos conociésemos de toa la vida.

¿Quién me iba a decir a mí que el camino más corto al flamenco es un plato de sushi? ¿Es o no es eso un New York moment?



Noche Flamenca en Theatre 80
Del 9 de julio al 14 de agosto
Theatre 80
80 St. Marks Pl.
New York, NY 10003-8129
Tel: (212) 598-9802