Vaya con la caló en NY

jueves, enero 01, 2009

~¡Feliz Año!~

Como lleva siendo tradición varios años, ayer fuimos a comernos las uvas en La Nacional. Con 8°C bajo cero y con nieve, acabamos yendo con unos amigos nuestros (ella es de Madrid y él es americano) a comernos las uvas.

Salimos de casa con tiempo (o eso pensábamos nosotros) y llegamos a La Nacional a eso de las 5.45pm, vamos, justo a tiempo para pillarnos las uvas y ver las campanadas con todos los españoles, como hemos hecho otros años. Cuando llegamos, La Nacional estaba de bote en bote y no pudimos pillarnos uvas, ni siquiera se llegaba a la barra para pedirse uno una cerveza. No la he visto tan llena, excepto durante la Eurocopa. Llegó un punto en que ni siquiera dejaban entrar a la gente, y el pobre David, que salió un momentillo, se quedó en la calle y acabó en un bar muy guapo, el Art Bar, esperando a que nosotras (Josh se unió a él) acabásemos de ver las campanadas. Desde luego que no es lo mismo sin poder comerse las uvas, pero bueno, al menos vimos las campanadas y la alegría del año nuevo se nos pegó con 6 horas de adelanto. Me llamó bastante la atención los "comecocos" que pusieron en la tele para comerse las uvas.


Después de ver las campanadas, nos fuimos a recoger a los chicos y de vuelta para casa, donde nos tomamos una copita de Rioja para celebrar lo que nos quedaba de 2008, mientras yo preparaba unas tortillas de patatas para llevar a casa de unos amigos en Park Slope (como siempre, aquí una sin bulla). Menos mal que Ana y Josh nos llevaron en coche, porque sí que se agradece el coche con este frío que le quitan a una las ganas de pegarse un paseo junto con lo que aquí le llaman el black ice, que es el hielo que se congela de tal modo, que se camufla con la superficie en la que se congela, por lo que hay que tener muchísimo cuidado para no pegarse un resbalón (o que te patine el coche, como ya nos pasó una vez).

Nos lo pasamos estupendamente en casa de nuestros amigos: con muy buena compañía, buen vino y una comida estupenda, no se puede fallar. Hasta nos preparon 12 uvas para que nos las comiésemos a media noche (uno de los anfitriones estudió en Madrid y otro de los invitados es de Mallorca). Me encantó como nos las presentaron, ensartadas en un pinchito, para que así nos fuese más fácil tomarnos el champán, mientras escuchábamos the drop of the ball por la radio, tras lo cual te ponen el Auld Lang Syne, que es la canción con la que empiezan el año nuevo aquí.

Desearos a tod@s un muy feliz 2009 desde Brooklyn.