Vaya con la caló en NY

viernes, agosto 14, 2009

~franny's~

El domingo vinieron a vernos un antiguo jefe de David y su mujer, muy apañaos los dos y a los que les encanta explorar Brooklyn con nosotros, ya que en donde viven, en Long Island, creo yo que no tienen la variedad de restaurantes que tenemos aquí en Brooklyn.

Después de haber trabajado en la misma empresa durante 25 años, debido a la crisis, la empresa ha tenido que reducir plantilla y a este buen hombre hace poco que le han dado el finiquito. Me resulta interesante el eufemismo que utilizan por estas tierras cuando se refieren a despidos laborales: en lugar de decir "he was fired" (le despidieron), se utiliza el "they let him go" (que equivaldría a un "le dejaron marcharse", aunque en muchos casos, la persona en concreto no quiera irse, por mucho que le dejen hacerlo). Bueno, a lo que íbamos, este señor, una vez que le han dado el finiquito, ni corto ni perezoso, ha decidido llevarse a su mujer a Denver y abrir, junto con su yerno, una pizzería New York style allí, por lo que la visita del domingo iba encaminada a cenar en Lucali, una pizzería estupenda que está en mi barrio y que si te descuidas, puedes llegar a hacer dos horas de cola para pillar mesa, para aparte de comer pizza, hacer "estudio de mercado".

Como Lucali no abre hasta las 6 (aunque hay gente que empieza a hacer cola a las 5) y nuestros amigos llegaron a las 2, decidimos llevarles a Sheep Station y luego, a pesar del bochorno, llevarles a dar una vuelta por Flatbush Avenue. Hacía tiempo que David no había estado por allí y como yo acababa de estar el viernes haciendo de las mías, nos paseamos viendo escaparates, hasta que topamos con Bklyn Larder, una tienda para cocinitas sibaritas de la que prometo hablar en otro post (con deciros que tienen tortas de aceite Inés Rosales, os lo digo todo) porque los productos y la misma tienda (es preciosa) merecen la pena. Y ya que estamos, vemos, justo enfrente de Bklyn Larder, un restaurante/pizzería del que he oído mucho y que me apetecía muchísimo probar: franny's.


Lo primero que se ve en la puerta es una pegatina de Snail of Approval, que quiere decir que este restaurante sigue pautas de la Slow Food, un movimiento fundado en 1989 por el italiano Carlo Petrini que, a la vez que trata de contrarrestar la fast food, intenta concienciar a los consumidores sobre las consecuencias de sus opciones alimentarias, por lo que normalmente los productos que se utilizan son locales, en su mayoría orgánicos, y de temporada.

Así que entramos y nos sentamos en la barra. El resturante es muy simple, con pared de ladrillo descubierto y barra de madera y cemento. En la parte de atrás está la cocina en la que se puede ver el horno para las pizzas y a los cocineros currándoselo muchísimo. No teníamos intención de comer mucho, ya que nuestro amigo estaba empeñado en ir a Lucali.

El camarero, muy agradable, nos pasó el menú en el que los aperitivos tenían muy buena pinta. Lo que me resultó muy interesante es que en la parte de atrás del menú, detallan de donde vienen todos los productos que utilizan en la cocina (la mayoría, granjas de New York o de New Jersey) y hasta transforman los residuos que generan en biodiésel.

El plato fuerte de franny's es la pizza (junto una buena carta de vinos), aunque tiene algunos platos de pasta. Nos pedimos una ensalada de tomates heirloom, pepino y ricotta y ¡cómo estaban los tomates! hacía tiempo en el que no comía tomates que supiesen a eso, a tomates... como los de la huerta de mis amigos de Coín.


Y claro, no podía faltar la pizza, de masa muy finita y que estaba buenísima. No es del mismo estilo que la pizza de Lucali o Grimaldi's (más New York style), pero aún así, merece la pena llegarse hasta Flatbush para probarla. Me quedé con las ganas de probar los platos de pasta, así que será la excusa perfecta para volver a ir.


franny's
295 Flatbush Avenue
Brooklyn, NY 11217
Tel: (718) 230-0221