~El Reiki~
¿Quién me iba a decir a mí que iba a hablar de chakras y de reiki en un hospital de Málaga con una señora del Perchel? Pues eso, que el motivo principal de este viaje a Málaga fue que iban a ingresar a mi madre para operarla, así que na, nos tiramos las noches haciendo guardia con ella, por si le hacía falta algo. Las dos primeras noches las pasó sin compañera de cuarto pero al tercer día, la cambiaron de habitación y su compañera se llamaba Antonia, una mujer de 60 años, viuda, madre de 4 hijos (y otro más que tuve pero se murió) y del Perchel, uno de los barrios más castizos de mi Málaga del alma.
El primer día como que no hablaron demasiado. Mi hermana no da mucha charla, pero llegó a casa contando que la compañera de habitación hacía reiki. Total, que me toca pasar noche a mí y como hablo más que siete, decido echar palique con Antonia. Me lo explicó todo, que si había cuidado a su marido y lo había hecho too por él, vamos, que hasta la morfina se la daba yo y le miraba las medicinas porque el angelito decía, Antonia, tú lo sabes too, que si su nuera le mandaba a su nieta, y soy una persona mu activa, vamos, que me subo los tres pisos de mi casa, porque mi casa no tiene ascensosr, y hasta el mushasho de la bombona, me dice, señora, yo no pueo con esta escalera. Pero yo, vamos, a toas partes andando, y con esto y too (y se tocaba la barriga tras la operación). Y tras esto viene lo que me dejó a cuadros...¿Tú sabes que yo tengo mi título de reki? ¿Reki? Sí, vamos, lo de las energías y las chakras. Yo ya hasta puedo curar a distansia. Vamos, que la gente me dice que yo, lo que tenía que haber hecho es ser psicóloga. Yo es que he tenío una maestra mu buena. La primera que tuve, tenía mu malage, y la mushasha iba a lo que iba, cobrar, pero la segunda, que es maestra de reki, es muy buena. Yo la quiero mucho, y ya ni maestra, como si fuese mi hija. Total, que estuvimos allí charlando sobre el reiki, las energías y aparte yo también tengo evidensia. ¿Evidencia, Antonia? Vamos, que a la gente la veo de venir antes de que abran la boca y ya sé la intensión que tienen... La gente se ríe de mí, pero yo lo veo. Oye, tu marío tiene que está mu contento contigo, porque ere má grasiosa... Pues ya ve, Antonia, mi marido no habla demasiado español, así que no sabe lo grasiosa que soy.
Una cosa es cierta, no sé si he aprendido algo de reiki o de chakras, pero lo que sí que he aprendido es que tenemos que mimarnos a nosotras mismas y hacer lo que realmente nos guste. Antonia, después de tirarse 60 años cuidando de su marido (llevo siete años viuda), de sus 4 niños, de sus 4 nietos, ha encontrado algo que realmente le llena y le hace subir y bajar las escaleras, buscar conchas en la playa, tratar de ayudar a otros con su energía (porque yo ya he curao a una niña de 10 mese a distansia, y lo que tenía era un mal de ojo) y compartir con gente su entusiasmo por algo que le apasiona y que le hace no sentirse sola. Gracias, Antonia, por haber compartido conmigo algo muy importante... que con 60 años, todavía se puede tener la ilusión de los 20 y que tenemos que cuidarnos y querernos mucho para poder dárselo a los demás.
¿Quién me iba a decir a mí que iba a hablar de chakras y de reiki en un hospital de Málaga con una señora del Perchel? Pues eso, que el motivo principal de este viaje a Málaga fue que iban a ingresar a mi madre para operarla, así que na, nos tiramos las noches haciendo guardia con ella, por si le hacía falta algo. Las dos primeras noches las pasó sin compañera de cuarto pero al tercer día, la cambiaron de habitación y su compañera se llamaba Antonia, una mujer de 60 años, viuda, madre de 4 hijos (y otro más que tuve pero se murió) y del Perchel, uno de los barrios más castizos de mi Málaga del alma.
El primer día como que no hablaron demasiado. Mi hermana no da mucha charla, pero llegó a casa contando que la compañera de habitación hacía reiki. Total, que me toca pasar noche a mí y como hablo más que siete, decido echar palique con Antonia. Me lo explicó todo, que si había cuidado a su marido y lo había hecho too por él, vamos, que hasta la morfina se la daba yo y le miraba las medicinas porque el angelito decía, Antonia, tú lo sabes too, que si su nuera le mandaba a su nieta, y soy una persona mu activa, vamos, que me subo los tres pisos de mi casa, porque mi casa no tiene ascensosr, y hasta el mushasho de la bombona, me dice, señora, yo no pueo con esta escalera. Pero yo, vamos, a toas partes andando, y con esto y too (y se tocaba la barriga tras la operación). Y tras esto viene lo que me dejó a cuadros...¿Tú sabes que yo tengo mi título de reki? ¿Reki? Sí, vamos, lo de las energías y las chakras. Yo ya hasta puedo curar a distansia. Vamos, que la gente me dice que yo, lo que tenía que haber hecho es ser psicóloga. Yo es que he tenío una maestra mu buena. La primera que tuve, tenía mu malage, y la mushasha iba a lo que iba, cobrar, pero la segunda, que es maestra de reki, es muy buena. Yo la quiero mucho, y ya ni maestra, como si fuese mi hija. Total, que estuvimos allí charlando sobre el reiki, las energías y aparte yo también tengo evidensia. ¿Evidencia, Antonia? Vamos, que a la gente la veo de venir antes de que abran la boca y ya sé la intensión que tienen... La gente se ríe de mí, pero yo lo veo. Oye, tu marío tiene que está mu contento contigo, porque ere má grasiosa... Pues ya ve, Antonia, mi marido no habla demasiado español, así que no sabe lo grasiosa que soy.
Una cosa es cierta, no sé si he aprendido algo de reiki o de chakras, pero lo que sí que he aprendido es que tenemos que mimarnos a nosotras mismas y hacer lo que realmente nos guste. Antonia, después de tirarse 60 años cuidando de su marido (llevo siete años viuda), de sus 4 niños, de sus 4 nietos, ha encontrado algo que realmente le llena y le hace subir y bajar las escaleras, buscar conchas en la playa, tratar de ayudar a otros con su energía (porque yo ya he curao a una niña de 10 mese a distansia, y lo que tenía era un mal de ojo) y compartir con gente su entusiasmo por algo que le apasiona y que le hace no sentirse sola. Gracias, Antonia, por haber compartido conmigo algo muy importante... que con 60 años, todavía se puede tener la ilusión de los 20 y que tenemos que cuidarnos y querernos mucho para poder dárselo a los demás.
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