Vaya con la caló en NY

martes, abril 13, 2010

~Sidecar~

La línea que separa el norte del sur de este país no se llama Despeñaperros, sino Mason-Dixon line, que en 1820 con el Missouri Compromise pasó a ser la frontera entre los estados a favor y en contra de la esclavitud. Según me dicen, la comida típica del sur (soul food, la comida creada por los esclavos de las plantaciones del sur de los Estados Unidos, que combina alimentos que trajeron de las costas africanas junto con alimentos propios del lugar con cualquier cosa que tuviesen a mano los esclavos) no consigue tener ese sabor auténtico que tiene una vez se pasa la famosa línea. En Nueva York hay varios sitios que lo intentan con más o menos éxito y con más o menos fama, como el conocido Sylvia's en Harlem o Five Spot Soul en Fort Greene.

Tengo que reconocer que el plato más conocido de la soul food, el fried chicken (pollo frito), no es algo que me vuelva loca. Debo corregirme y decir que, a pesar de que como de todo y me gusta la mayoría de la comida, no siento especial predilección por la carne de esta ave. No sé, como que me aburre (según David es que no tengo alma, juego de palabras con soul). Otros platos típicos del sur son collard greens (diferentes tipos de berzas), mac and cheese (una versión interesante donde las haya de los macarrones (generalmente de los finitos) con cantidades industriales de queso... esto sí que tengo que reconocer que me gusta, para el horror de mi cintura y de David que lo asocia a sus días de estudiante, cuando uno era más pobre que las ratas, y su dieta consistía básicamente de arroz o mac and cheese), y chitlins (tripas), entre otros.

Hace un par de sábados nos fuimos dando un paseo a la parte de South Slope (un poco al sur de Park Slope, en Brooklyn) y como iba haciendo algo de frío y bastante hambre, acabamos en un restaurante en el que David ya había estado un par de veces, Sidecar. Con grandes ventanales, toque retro, paredes de ladrillo descubierto y un gran cartel al fondo rescatado de la farmacia que ocupaba inicialmente el lugar de este restaurante y que lo han utilizado como parte de su logo ""Food & Drink Cures All Pain" (la comida y la bebida cura todos los males), Sidecar se especializa en cocina americana, con un toque del sur de los Estados Unidos. Según David, el pollo frito aquí está muy muy bueno, uno de los mejores que ha probado sin tener que cruzar la Mason-Dixon line. No puedo opinar porque como mi único viaje hacia el sur de este país fue hace años a una boda en New Orleans, y allí comimos la comida típica de la zona, cajun, y luego he estado en Miami, que tampoco creo que sea el exponente del sur de este país, pues la verdad es que no tengo mucha idea de cómo es el pollo frito por esas tierras.

Nos dimos cuenta de que llegamos a la hora justa, ya que nos sentaron enseguida, pero al cabo de un ratillo, estaba de bote en bote y había gente haciendo cola. Había un ambientazo, con mucha gente joven y por otro lado familias con niños (algo en lo que nos fijamos desde que estamos con la enana).

Total, que nos sentamos y un camarero muy amable nos atendió en seguida, primero nuestras bebidas... No lo pude evitar, había que probar el Bloody Mary, aunque me pareció un poco caro para ser Brooklyn: $9.00 el cocktail, aunque sea en tamaño pint. Eso sí, tengo que reconocer que amorticé los $9.00 y que el Bloody Mary estaba espectacular. Para comer, David se pidió el pollo frito, que venía con mashed potatoes (puré de patatas) y kale (berzas), que se supone que es una verdura súper sana (y que definitivamente tiene un nombre mucho más hippy en inglés que en español), pero que en este caso, el tema salud se contrarrestaba con unos trozos de bacon impresionantes (como comprobaréis, igualito que la dieta mediterránea, llena de grasas saludables) y yo me pedí un especial que tenían: su versión de los moules frites franceses: un plato de mejillones cocidos en vino con cebollita, y con patatas fritas. El toque Sidecar: aparte de la cebollita y el vino, trocitos de chorizo y una salsita picante. Muy buenos, la verdad. El único fallo que pude sacarle (y no creo que sea sólo de Sidecar, sino de muchos restaurantes en Nueva York) es la agonía que tienen a la hora de ponerte pan. A ver, con un cuenco del porte del de la foto, no se hace nada con 2 míseras rodajitas de pan. No sé, igual es que al venir de Málaga, estoy sensibilizada al tema pan y me toca las narices que siempre tenga que acabar pidiendo más pan en cualquier sitio al que vamos (y de vez en cuando me ponen cada cara...).


Al rato, vino mi primo a tomarse una caña con nosotros y como este local está en su barrio nos contó que le encantaba y que venía a cenar aquí más de lo que él quisiera. Nos tuvimos que reir cuando nos contó que un par de veces que se pidió el pollo frito, acabó ligando con varias chicas, y que el pollo acababa siendo tema de conversación. Parece que aquí se ha pasado del "¿Estudias o trabajas?" al "¿Y qué tal está el pollo?" Por la foto veréis que tiene bastante buena pinta, pero a decir verdad, no creo que servidora iniciase conversación con un desconocido cualquiera por el pollo (aunque si está de buen ver..., el desconocido, digo, pues hasta igual se le dice un algo).


Ahora, el postre... Eso es otro cantar... Le preguntamos al camarero que nos recomendase postre y nos dijo que el chocolate bread pudding era lo que él se tomaría, así que allá que fuimos y, madre mía, estaba de escándalo. No es el típico bread pudding que rezuma crema, pero tampoco era un secarral. Tiene la consistencia y la humedad adecuadas y la cantidad de chocolate perfecta sin llegar a atosigar. Y si encima te lo presentan de esta manera... ¡Eso sí que es motivo de iniciar conversacion con cualquier desconocido que se tercie!



Sidecar Bar & Grill
560 5th Avenue
Brooklyn, NY 11215-5435
Tel: (718)369-0077

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