Vaya con la caló en NY

domingo, mayo 02, 2010

~Vuelva usted mañana~

En general, no me va el rollo de criticar por criticar, como cantaría Alaska, y menos cuando se trata de mi país, pero hay cosas de esta España de charanga y pandereta, que diría Antonio Machado, que me ponen de los nervios y es que hay veces que los tópicos están ahí por algo. Y uno de ellos es la parsimonia con la que trabaja nuestra burocarcia, al menos allende los mares. No por ello quiero indicar que no haya funcionarios que no realicen su labor eficaz y correctamente, pero en este caso, lo que es con eficacia, mucha me temo que no he encontrado.

Paso a describir los hechos. Servidora es ciudadana española y vive, como bien saben, en la demarcación consular de Nueva York y que comprende varios estados: Connecticut, Delaware, New Jersey, New York y Pennsylvania. En cuanto llegué aquí, me di de alta en el Consulado como residente de esta demarcación. Técnicamente, me tendría que llegar toda la información electoral y de interés administrativo a casa (también he ido actualizando mis datos cada vez que me cambiaba de dirección). Mi primera sorpresa fue ver como alguna información me llegaba y como otra o no me llegaba o me llegaba tarde, pero bueno, me estoy yendo por los cerros de Úbeda.

La ciudadana española va, se enamora y decide contraer nupcias con un ciudadano estadounidense y dan de alta el matrimonio, celebrado en Brooklyn, con la consiguiente expedición del Libro de Familia (que la ciudadana española guarda como oro en paño. Cosas sentimentales que tiene una, ya que tengo entendido que es un documento en vía de extinción. De lo que se entera una...). Hasta aquí todo bien.

Pasan los años, y este matrimonio decide tener una familia y a finales de abril de 2009, les nace una niña en la ciudad de Nueva York, por lo que es ciudadana americana de pleno derecho, ya que en Estados Unidos rige la ius soli, o derecho del suelo, con la que uno adquiere ciudadanía estadounidense por el simple hecho de haber nacido en territorio americano, sin importar de donde sean los padres de la criatura.

La ciudadana española quiere (y debe) dar de alta a su hija antes las autoridades españolas. Busca en la pagina web del Consulado los documentos necesarios:

*Libro de Familia (perfecto);
*Certificado de nacimiento del nacido (el expedido por el Departamento de Salud, no el del hospital, donde aparezca el nombre de los padres; bien, la vamos a recibir en unos días);
*Certificados de nacimiento literales recientes (de menos de seis meses de antigüedad) españoles de ambos padres, o el certificado literal español reciente y el extranjero en caso de no ser uno de los padres de nacionalidad española (el del padre, el americano, lo tenemos; el de la madre, la española, uff, pues vaya, el que tenemos es bastatnet antiguo, bueno, pues para eso se le da un toque a la familia en Málaga y en un par de días lo tienen listo y nos lo mandan por correo);
*Pasaporte vigente de ambos padres (los tenemos) y tarjeta de residencia, visado o sello de entrada del padre o madre español (o de ambos si son los dos españoles) (También los tenemos).

Cuando están todos los documentos listos, sevidora llama al consulado. No han pasado ni dos semanas del nacimiento de la criatura y una está loquita porque la niña de sus ojos sea tan española como ella (aunque esté tan lejos de casa). El calendario marca el 11 de mayo de 2009. Llamada al Consulado y habla con centralita, con un señor muy amable al que la española le cuenta toda la jugada: Hola, soy española casada con un americano. Acabamos de tener una niña y la queremos dar de alta en el Consulado. Respuesta del agradable funcionario: Señora, tiene usted que pedir cita para eso. ¿Me la podría dar usted? No, le paso con Registro Civil. Pasa un rato y me pasa con una señora, muy amable también, a la que le volvemos a contar la jugada... Una espera que le den cita, qué sé yo, ¿en dos/tres semanas? Silencio... Uy, pues no tenemos nada hasta el 26 de octubre. ¿Quééééé me está contando??? ¡¡¡Si estamos a 11 de mayo!!! ¿5 meses y medio para que te den cita? Y una se pregunta si la comunidad de españoles residentes en la demarcación consular de Nueva York es tan grande y si se reproduce con tanta rapidez que el Registro Civil de NY no dé abasto. Desde luego si somos tantos residentes, se han debido esconder bastante bien, al menos los de Nueva York, porque una no conoce a tantísimo español como para colapsar el registro de ese modo y eso que estuve apuntada durante una temporada al Meetup de españoles en NY.

A lo que íbamos, como no vale la protesta y una no tiene enchufe para colarse en la fila, esperamos pacientemente hasta octubre. Una semana antes de la cita, se nos ocurre llamar para confirmar: Hola, tengo cita el 26 de octubre a la 1 de la tarde para dar de alta en el Registro Civil a mi hija. Uy (a mí esto de los uy, me están empezando a poner un tanto nerviosa), pues le tengo apuntada para las 9.30. Mire, pues yo tengo aquí para la 1.00, que me dio usted cita allá por mayo y no puedo ir a las 9.30 de la mañana porque me he pedido el día libre y tengo cita con el pediatra. Bueno, vale, pues pásase a la 1 y no se olvide de toda la documentación que necesita. Si tiene alguna duda, mire en nuestra página web.

El día de marras, vamos el padre, la madre, la critura, el cochecito y los papeles y llegamos a la planta 30 del 150 East 58 Street, territorio español en la ciudad de Nueva York. Pasamos el detector de metales, y admiramos unas vistas del East River y la ciudad de Nueva York impresionantes en un día claro y sin una nube. Nos hacen pasar detrás del mostrador, y nos sentamos con la encargada de Registro Civil, que saca documento a documento y los va cotejando con el formulario que nos habían pedido que rellenásemos. Bueno, si los coteja con tanto cuidado, igual le resulta más eficaz imputar esa informacion directamente en un ordenador, dice una para sus adentros. Me imagino que estarán informatizados. Pero una se queda callada a la espera de que le den su Libro de Familia actualizado y que por fin pueda decir que su niña es española de pleno derecho. No caerá esa breva. La agradable (y fiel amanuense) funcionaria nos dice que debemos dejar el Libro de Familia en el Consulado para que actualicen todos nuestros datos y que nos lo enviarán por correo. A la española no le hace mucha gracia dejar tan preciado documento en manos ajenas, aunque sean las manos del gobierno español, que es el que lo ha expedido, pero como no queda otra, pues se calla y rellena un sobre con su dirección para que le manden el preciado Libro a su casa una vez lo actualicen.

Pasan las semanas, se acercan las Navidades y la española llama por teléfono al Consulado. Le pasan con Registro Civil, que debe andar tomándose un café, y deja un mensaje porque ya ha pasado casi un mes y medio y no ha recibido el susodicho Libro ni nada por el estilo. Muy agradables, le llaman del Consulado, dejándole saber que andan muy atrasados, ya sabe, mucho trabajo y muy poco personal. Todavía estamos tramitando las partidas de nacimiento de julio. Dios Santo, si estamos a mediados de diciembre, lo cual quiere decir que a este ritmo, mi niña no es española hasta marzo de 2010.

¡Imposible! Por lo cual, los dos primeros viajes de la pequeña a Malaga, a visitar a su familia (españoles todos ellos, les recuerdo), los hace como ciudadana americana. Vamos, que sólo faltaba que cuando aterrizase en el Pablo Ruiz Picasso hubiese tenido una recepción a la "Bienvenido Mr. Marshall":

Americanos,
vienen a España
guapos y sanos.
Viva el tronío
de ese gran pueblo con poderío.
Olé Virginia y Michigan
y viva Texas, que no está mal.
Os recibimos, americanos,
con alegría.
Olé mi mare, olé mi suegra
y olé mi tía
.

De vuelta a la vida neoyorkina tras un descanso navideño, al no tener noticias de Gurb, la española llama de nuevo al Consulado (que, a todo esto, deben pensar que es pesadísima) en el que dejó su documentación tres meses atrás. Contestan en la centralita: Sí, buenos días, ¿me podría pasar con Registro Civil? A lo que me dicen (textualmente), claro, a ver si hay suerte...Vaya, pues con esa presentación, chungo material. Me pasan a Registro Civil y parece ser que no hay suerte, ya que no contestan el teléfono, por lo que les dejo un mensaje y anoto la dirección de correo electrónico de la persona encargada. Aparte de dejarle un mensaje en su buzón de voz, le envío un correo y hete aquí la respuesta que me llega al cabo de unos días:

From:
Sent: Wednesday, February 03, 2010 10:29 AM
To:
Subject: RE: Libro de familia

Estimada Carolina.

Debido a la demanda en inscripciones de nacimiento y al poco personal con el que disponemos en este departamento, ahora mismo tenemos un retraso de varios meses. Por tanto lamento informarle que todavía tardaremos unos dos meses en enviarle la inscripción de nacimiento de su hija.

Reciba un cordial saludo,





De:
Enviado el: jueves, 28 de enero de 2010 11:27
To:
Subject: Libro de familia

Hola,

Lo primero de todo, feliz año.

Estuvimos en el consulado el 26 de octubre de 2009 para dar de alta como ciudadana española a nuestra hija. A fecha de hoy no hemos recibido el Libro de Familia, y me gustaría saber si se le ha dado ya de alta en el Registro Civil y si se nos ha enviado el mismo.

Le agradezco de antemano su ayuda.

Reciba un cordial saludo,


Entiendo que estén de trabajo hasta las cejas, y que tengan poco personal, pero me resulta bastante difícil creer que haya tantísimos españoles que hayan nacido en Nueva York, ni que haya tantos a los que les afecte la Ley de la Memoria Histórica (que es uno de los motivos por el que me dijeron que iban tan atrasados) y que tengan tan poquísimo personal, que les tarde en llegar su registro más de 6 meses. Si a esto le añadimos que en España rige la ius sanguinis, o derecho de sangre, es decir, uno es ciudadano español porque uno de sus padres lo sea, mi hija está sin un derecho fundamental. Me pongo a pensar en la suerte que ha tenido mi hija en nacer en los Estados Unidos y que por ese hecho sea ciudadana americana, porque si el resto de las secciones del Registro Civil de los consulados españoles en otros países funcionan a esta velocidad, pues menudo papelón para aquéllos que residan en un país que no les dé la nacionalidad por haber nacido allí.

Una no es jurista, pero pongamos, por enredar, que una pareja de ciudadanos españoles (ambos) tiene un hijo en un país en el que no rija la ius soli, es decir, que su hijo no sea ciudadano de ese país por haber nacido alli, por lo que automáticamente es sólo ciudadano español, nacido en territorio extranjero... y si tardan 6 meses en poder demostrarlo, técnicamente esa criatura durante esos 6 meses es apátrida, vamos, que como ciudadano se toma el biberón en tierra de nadie. No podría viajar, puesto que no tendría pasaporte (tendría que estar bajo el de uno de los padres y a ver lo que se tarda con eso) y no tendría ningún tipo de derechos como ciudadano, puesto que no aparece como ciudadano de ningún país, hasta que las autoridades competentes del país de origen de los padres (España) se decidan a considerarlo como ciudadano.

Al final, me llegó el preciado Libro de Familia en el que se veía el nombre de mi hija el 21 de abril de 2010, justo el día en el que cumplía un año. El mejor regalo de cumpleaños que ha recibido. Lo más interesante es que tanto en el Libro como en la copia de la partida de registro, la fecha en la que se le había inscrito era el 19 de abril de 2010, lo cual indica que toda nuestra documentación estuvo rulando por algún lugar del Consulado Español de Nueva York durante casi 6 meses y lo que es inscribirla inscribirla sólo tardaron 2 días.

Bueno, y ahora, a sacarle el pasaporte...