~Seguimos aquí, aunque no lo parezca~
Leo con congoja y bastante vergüenza los mensajes de aquéllos que se divierten con estas correrías y las echan de menos y entono el mea culpa por teneros tan abandonados. Mi ausencia cibernética y estival se ha debido a varios factores, que paso a enumerar:
a) al ya conocido plato combinado de ser madre proletaria, que no te deja demasiadas horas para actividades lúdicas (y si encimas te organizas mal, pues menos), pero paso de quejarme que estoy encantada de la vida con mi enana;
b) a la cantidad de fútbol que ha visto una en sus ratos libres (¡oe,oe,oe, oe, oe, oe... campeooooones! La bandera de España que, por pereza o por despiste, no he descolgado de nuestra ventana desde que ganamos la Eurocopa, sigue ondeando con orgullo (y un poco echa polvo tras pasarse 2 años a la intemperie bajo el invierno y la caló neoyorkinos) durante los meses de junio y julio; por cierto, ahí va foto de Bastille Day, que se celebró el 18 de julio en Smith Street, con dos muchachas jugando a petanque vestidas con los colores de la selección;
c) a la plasta de caló que hemos pasado y que me ha dejado aplataná y sin ganas de ná (excepto de ir a la oficina o de compras y no porque sea una workaholic o una shopaholic, si no porque tienen el aire acondicionado a todo trapo);
d) a la llegada de una buena amiga que se está quedando con nosotros este verano y a la que hacía 5 años que no veía;
e) al hecho de que me he apuntado a un curso en Mediabistro, al que voy los lunes por las tardes, después de trabajar, de escritura e ilustración de cuentos infantiles. Así que, en lugar de andar con el portátil a cuestas y dedicar mis ratos de commute subterráneo a relatar correrías, llevo una bolsa llena de cuentos infantiles y un cuaderno en el que bosquejo ideas y personajillos que espero algún día cobren vida. La profesora que tenemos, Leeza Hernandez, una ilustradora inglesa simpática y dicharachera, nos ha dicho a las 5 estudiantes que estamos allí que el último día de clase haremos una excursión a la oficina de correos para enviar (y que ella lo vea) nuestros manuscritos a diferentes casas editoriales. Os podéis imaginar lo asustadas (por no decir una burrada) que estamos todas. Vamos, que todas íbamos un poco por eso de sacar la creatividad y hacer algo... y hemos topado con una señora que, porque cree ciegamente en nuestra creatividad, nos mete una caña de agárrate y no te menees. (Sí, este fin de semana tengo una pechá de "deberes" que hacer que ni cuando estaba en el colegio.)
f) a unas vacacioncillas de una semanita en Los Angeles a donde fuimos a la boda de mi primo. Pensaba que me iba a dar tiempo de escribir algo y me apetecía un montón, sobre todo, porque la primera vez que fui, digamos que no me impresionó mucho esa ciudad (en la que hay que coger el coche hasta para ir a por el periódico y encima tírate 2 horas sentado en un atasco), y tengo que confesar que esta vez la ciudad me ha sorprendido muy positivamente. Nos llevamos el portátil y... ¡se nos olvidó el cargador en casa (qué propios)! Así que os tendré que relatar mis vivencias en The City of Angels con un poco de retraso. Por cierto, adelantaros que me sentí un poco Gran Lebowski: visita impepinable a In-n-Out Burguer y hasta compras en Ralphs (aunque no me atreví a hacer la gracia de firmar un cheque por un par de dólares por un tetrabrick de leche. No, ya no está a $0.69 como en la película). Pero prometo dedicaros tiempo y contaros nuestro viaje porque hay muchos sitios que merecen la pena en esta ciudad y me gustaría compartirlos con vosotr@s.
Como consuelo para aquéllos que echen muchísimo de menos saber de las correrías más frecuentemente, he creado una página en Facebook (sí, esa red social que hace que perdamos el tiempo en internet viendo las fotos de las vacaciones del primo de tu vecina al que no conoces pero que como es amigo de una prima segunda tuya, te salen algunas fotos de su perfil, y que en realidad no te importa nada si se subió al monte tal o visitó el monumento cuál) en la que, aparte de poner enlaces con esta página, cuelgo fotos que he sacado con el móvil y comentarios de lo que va pasando por aquí y que por su brevedad (los comentarios) y no tan buena calidad (las fotos) no considero sean dignos de aparecer aquí, y a la que podéis uniros.
Así que, sí, estamos vivitos y coleando, echándoos de menos y pensando en esa temporada de feria que se acerca. Mi curso termina a finales de agosto, pero tengo propósito de enmienda y me gustaría poder escribir algo antes de que se me vaya el verano de las manos (que como veis, las tengo bastante llenas).
Abrazos desde Brooklyn.
Leo con congoja y bastante vergüenza los mensajes de aquéllos que se divierten con estas correrías y las echan de menos y entono el mea culpa por teneros tan abandonados. Mi ausencia cibernética y estival se ha debido a varios factores, que paso a enumerar:
a) al ya conocido plato combinado de ser madre proletaria, que no te deja demasiadas horas para actividades lúdicas (y si encimas te organizas mal, pues menos), pero paso de quejarme que estoy encantada de la vida con mi enana;
b) a la cantidad de fútbol que ha visto una en sus ratos libres (¡oe,oe,oe, oe, oe, oe... campeooooones! La bandera de España que, por pereza o por despiste, no he descolgado de nuestra ventana desde que ganamos la Eurocopa, sigue ondeando con orgullo (y un poco echa polvo tras pasarse 2 años a la intemperie bajo el invierno y la caló neoyorkinos) durante los meses de junio y julio; por cierto, ahí va foto de Bastille Day, que se celebró el 18 de julio en Smith Street, con dos muchachas jugando a petanque vestidas con los colores de la selección;
c) a la plasta de caló que hemos pasado y que me ha dejado aplataná y sin ganas de ná (excepto de ir a la oficina o de compras y no porque sea una workaholic o una shopaholic, si no porque tienen el aire acondicionado a todo trapo);
d) a la llegada de una buena amiga que se está quedando con nosotros este verano y a la que hacía 5 años que no veía;
e) al hecho de que me he apuntado a un curso en Mediabistro, al que voy los lunes por las tardes, después de trabajar, de escritura e ilustración de cuentos infantiles. Así que, en lugar de andar con el portátil a cuestas y dedicar mis ratos de commute subterráneo a relatar correrías, llevo una bolsa llena de cuentos infantiles y un cuaderno en el que bosquejo ideas y personajillos que espero algún día cobren vida. La profesora que tenemos, Leeza Hernandez, una ilustradora inglesa simpática y dicharachera, nos ha dicho a las 5 estudiantes que estamos allí que el último día de clase haremos una excursión a la oficina de correos para enviar (y que ella lo vea) nuestros manuscritos a diferentes casas editoriales. Os podéis imaginar lo asustadas (por no decir una burrada) que estamos todas. Vamos, que todas íbamos un poco por eso de sacar la creatividad y hacer algo... y hemos topado con una señora que, porque cree ciegamente en nuestra creatividad, nos mete una caña de agárrate y no te menees. (Sí, este fin de semana tengo una pechá de "deberes" que hacer que ni cuando estaba en el colegio.)
f) a unas vacacioncillas de una semanita en Los Angeles a donde fuimos a la boda de mi primo. Pensaba que me iba a dar tiempo de escribir algo y me apetecía un montón, sobre todo, porque la primera vez que fui, digamos que no me impresionó mucho esa ciudad (en la que hay que coger el coche hasta para ir a por el periódico y encima tírate 2 horas sentado en un atasco), y tengo que confesar que esta vez la ciudad me ha sorprendido muy positivamente. Nos llevamos el portátil y... ¡se nos olvidó el cargador en casa (qué propios)! Así que os tendré que relatar mis vivencias en The City of Angels con un poco de retraso. Por cierto, adelantaros que me sentí un poco Gran Lebowski: visita impepinable a In-n-Out Burguer y hasta compras en Ralphs (aunque no me atreví a hacer la gracia de firmar un cheque por un par de dólares por un tetrabrick de leche. No, ya no está a $0.69 como en la película). Pero prometo dedicaros tiempo y contaros nuestro viaje porque hay muchos sitios que merecen la pena en esta ciudad y me gustaría compartirlos con vosotr@s.
Como consuelo para aquéllos que echen muchísimo de menos saber de las correrías más frecuentemente, he creado una página en Facebook (sí, esa red social que hace que perdamos el tiempo en internet viendo las fotos de las vacaciones del primo de tu vecina al que no conoces pero que como es amigo de una prima segunda tuya, te salen algunas fotos de su perfil, y que en realidad no te importa nada si se subió al monte tal o visitó el monumento cuál) en la que, aparte de poner enlaces con esta página, cuelgo fotos que he sacado con el móvil y comentarios de lo que va pasando por aquí y que por su brevedad (los comentarios) y no tan buena calidad (las fotos) no considero sean dignos de aparecer aquí, y a la que podéis uniros.
Así que, sí, estamos vivitos y coleando, echándoos de menos y pensando en esa temporada de feria que se acerca. Mi curso termina a finales de agosto, pero tengo propósito de enmienda y me gustaría poder escribir algo antes de que se me vaya el verano de las manos (que como veis, las tengo bastante llenas).
Abrazos desde Brooklyn.
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