Vaya con la caló en NY

lunes, marzo 19, 2007

~¡Nos vamos a Beijing!~

Pues aquí estamos en Beijing, un sitio alucinante, con una energía y un rollito muy buenos y que no es para nada lo que me esperaba... aunque, en realidad, no sé lo que me esperaba de esta ciudad en la que mi hermana Nieves lleva ya dos años y medio viviendo.

Salimos de Nueva York el sábado, 10 de marzo, a eso de las 6.30 de la mañana. Un taxista árabe nos llevó por Brooklyn a JFK a ritmo de las 1001 noches y más o menos a la misma velocidad. Como era temprano, JFK no era el caos habitual... Nos cogimos un café y un bagel (no muy allá) y nos fuimos al kiosko a armarnos de revistas y chicles para un vuelo directo a Tokyo... 14 horitas en un avión, sin poder salir a fumarse un piti... Como ahora me ha dado por la artesanía popular como alternativa al tabaco, me traje unas agujas de punto muy monísimas de la muerte y unos ovillos de lana para tejerme una bufanda, porque ya me dirás con tantas horas ahí metidos, me iba a dar tiempo a hacer toda la colección de punto prêt-a-porter de la temporada otoño-invierno 2007. Mis amigos me dijeron que las agujas no pasarían seguridad, pero no fue ningún problema. Creo que no me vieron cara de terrorista bladiendo unas agujas de punto mientras intentaba secuestrar un avión... Cambien la ruta... vamos a volar a Pernambuco... háganme caso o de lo contrario les tejeré a toda la tripulación uno de esos horribles jerseys de punto... sí, de esos que pican un huevo... Además, tampoco eran para tanto, las compré de madera a propósito para que pasasen los controles. Si te digo que las agujas son de lo más fashion.

El vuelo salió un poco retrasado, ya que venía de São Paolo. Total, que todas las bullas y un amago de morir en la BQE no sirvieron de mucho. A las 11 de la mañana embarcamos y nos tiramos otra media hora metidos en el avión antes de despegar. David y yo no nos pudimos sentar juntos, así que me empaquetaron entre un señor chino (pasillo. Pobre, no sabía lo que le esperaba conmigo) y una japonesa-brasileira (ventana). El vuelo en sí no fue tan malo... Entre las revistas (que me dio tiempo a leerlas y no sólo a ojearlas y mirar las fotos, que es lo que suelo hacer), tragarme 2 películas (la última de James Bond y un thriller francés) y hacer punto mientras me tomaba un poquito de sake, pues la verdad es que se hizo bastante llevadero.