~I can't afford to ♥ NY~
El sábado pasado, en contra de nuestra teoría de no ir a Manhattan durante el fin de semana, decidimos bajar a Chinatown. Mi primo Chris se había quedado en casa, y nos había hablado de este sitio en East Broadway donde tienen sopas de fideos, muy parecidas a los ramen japoneses. Y si encima es barato, pues allá que vamos. Total, que ponemos a Alaia en su Baby Björn y nos montamos en nuestro F del alma que, sorprendentemente, funcionaba con normalidad. Nos bajamos en la parada de East Broadway y aprovechamos para pasear bajo el sol de otoño. Un día perfecto, un cielo azul brillante y sin una nube, con ese frío que pica un poco, pero con el que da gusto pasearse. Vamos, el domingo ideal de invierno de Málaga (porque siempre era domingo, no sé porqué), en el que bajabas a tomarte el café a La Chancla y te tirabas horas con los amigos, café tras café, algún que otro gin-tonic, y veías la puesta de sol en la bahía de Málaga.
Bajamos por East Broadway, camino del puente de Manhattan y mi primo se para delante de un localito cutre como él solo, a mano derecha, por el que hemos pasado cientos de veces y en el que nunca nos habíamos fijado. Ya estamos aquí, nos dice. Entramos en Lam Zhou, un local en el que toda la decoración son las luces de neón, el menú en la pared, unas cuantas mesas, una barra con sillas, y al fondo, una mesa de metal para hacer los fideos (¡a mano!), una banderita roja de la República Popular China, y un pequeño altar con sus velitas, junto a una televisión del año de la Tana.
Menos mal que vino mi primo con nosotros y nos ayudó a pedir la comida: 2 sopas de fideos con carne de ternera, una con rabo de buey y un plato de 餃子, una especie de empanadillas de carne que te las presentan hervidas o fritas. Los fideos estaban de muerte (según David que lo que les da el sabor es el glutamato monosódico. No sé, igual es cierto, pero lo debo llevar en mi código genético, porque no me molesta tanto, y total por $4.50, un platazo que no se lo salta ni el bailarín Antonio, tampoco se puede pedir mucho más). Eso sí, nos pegamos un susto al oir un golpe seco detrás de nosotros, para darnos cuenta de que era el cocinero chino golpeando la masa para hacer los fideos. Vamos, un sitio auténtico que me recordó un poco a algunos de los locales de comidas de Beijing. Creo que lo único que le faltaba era servir Tsing Taos fresquitas, ya que sólo servían latas de refrescos que tenían en una nevera a la puerta.
Tras reponer fuerzas, y aprovechando el día tan bueno, decidimos darnos un paseo por el Lower East Side. Nos quedamos alucinados de lo cambiado que está, de lo carísimo que es y de la de gente guapa y fashion que hay por ahí. Está visto que salimos poco por las zonas in de la ciudad. Lo que había sido el lugar al que aterrizaban los inmigrantes de finales del siglo XIX y principios del siglo pasado, que vivían hacinados en pequeños apartamentos llamados tenements, se ha convertido en un sitio de moda, en el que te venden camisas por $150.00 (una sola camisa, oiga) o vaqueros por $200.00. Galerías de arte, joyerías y boutiques conviven con bares de moda. Un ejemplo es la cafetería de Moby, teany. El Lower East Side ha perdido un poco ese punto gamberro y un tanto peligroso que tenía para convertirse en un escaparate de objetos de lujo, aunque eso sí, de lujo alternativo. Como nos dimos cuenta de que no nos podíamos permitir ni una cervecita en el Lower East Side, decidimos subir hacia Alphabet City. De camino hacia Lakeside Lounge, un bareto genial con bebidas a precios asequibles y muy buena música, nos encontramos con el siguiente cartel: I can't afford to ♥ NY (No puedo permitirme el ♥ NY). Después de lo que vimos esa tarde en el Lower East Side, estoy totalmente de acuerdo con la ironía del cartel.
Lam Zhou
144 East Broadway
New York, NY 10002
Tel: (212)566-6933
Lakeside Lounge
162 Avenue B
New York, NY 10009
Tel: (212)529-8463
El sábado pasado, en contra de nuestra teoría de no ir a Manhattan durante el fin de semana, decidimos bajar a Chinatown. Mi primo Chris se había quedado en casa, y nos había hablado de este sitio en East Broadway donde tienen sopas de fideos, muy parecidas a los ramen japoneses. Y si encima es barato, pues allá que vamos. Total, que ponemos a Alaia en su Baby Björn y nos montamos en nuestro F del alma que, sorprendentemente, funcionaba con normalidad. Nos bajamos en la parada de East Broadway y aprovechamos para pasear bajo el sol de otoño. Un día perfecto, un cielo azul brillante y sin una nube, con ese frío que pica un poco, pero con el que da gusto pasearse. Vamos, el domingo ideal de invierno de Málaga (porque siempre era domingo, no sé porqué), en el que bajabas a tomarte el café a La Chancla y te tirabas horas con los amigos, café tras café, algún que otro gin-tonic, y veías la puesta de sol en la bahía de Málaga.
Bajamos por East Broadway, camino del puente de Manhattan y mi primo se para delante de un localito cutre como él solo, a mano derecha, por el que hemos pasado cientos de veces y en el que nunca nos habíamos fijado. Ya estamos aquí, nos dice. Entramos en Lam Zhou, un local en el que toda la decoración son las luces de neón, el menú en la pared, unas cuantas mesas, una barra con sillas, y al fondo, una mesa de metal para hacer los fideos (¡a mano!), una banderita roja de la República Popular China, y un pequeño altar con sus velitas, junto a una televisión del año de la Tana.
Menos mal que vino mi primo con nosotros y nos ayudó a pedir la comida: 2 sopas de fideos con carne de ternera, una con rabo de buey y un plato de 餃子, una especie de empanadillas de carne que te las presentan hervidas o fritas. Los fideos estaban de muerte (según David que lo que les da el sabor es el glutamato monosódico. No sé, igual es cierto, pero lo debo llevar en mi código genético, porque no me molesta tanto, y total por $4.50, un platazo que no se lo salta ni el bailarín Antonio, tampoco se puede pedir mucho más). Eso sí, nos pegamos un susto al oir un golpe seco detrás de nosotros, para darnos cuenta de que era el cocinero chino golpeando la masa para hacer los fideos. Vamos, un sitio auténtico que me recordó un poco a algunos de los locales de comidas de Beijing. Creo que lo único que le faltaba era servir Tsing Taos fresquitas, ya que sólo servían latas de refrescos que tenían en una nevera a la puerta.
Tras reponer fuerzas, y aprovechando el día tan bueno, decidimos darnos un paseo por el Lower East Side. Nos quedamos alucinados de lo cambiado que está, de lo carísimo que es y de la de gente guapa y fashion que hay por ahí. Está visto que salimos poco por las zonas in de la ciudad. Lo que había sido el lugar al que aterrizaban los inmigrantes de finales del siglo XIX y principios del siglo pasado, que vivían hacinados en pequeños apartamentos llamados tenements, se ha convertido en un sitio de moda, en el que te venden camisas por $150.00 (una sola camisa, oiga) o vaqueros por $200.00. Galerías de arte, joyerías y boutiques conviven con bares de moda. Un ejemplo es la cafetería de Moby, teany. El Lower East Side ha perdido un poco ese punto gamberro y un tanto peligroso que tenía para convertirse en un escaparate de objetos de lujo, aunque eso sí, de lujo alternativo. Como nos dimos cuenta de que no nos podíamos permitir ni una cervecita en el Lower East Side, decidimos subir hacia Alphabet City. De camino hacia Lakeside Lounge, un bareto genial con bebidas a precios asequibles y muy buena música, nos encontramos con el siguiente cartel: I can't afford to ♥ NY (No puedo permitirme el ♥ NY). Después de lo que vimos esa tarde en el Lower East Side, estoy totalmente de acuerdo con la ironía del cartel.
Lam Zhou
144 East Broadway
New York, NY 10002
Tel: (212)566-6933
Lakeside Lounge
162 Avenue B
New York, NY 10009
Tel: (212)529-8463