~Me gusta el fútbol, los domingos por la tarde...~
Cada vez que pienso en esa canción me parto, más que nada porque de chica, el fútbol no me gustaba tanto. Todos los domingos por la tarde mi padre se ponía su cervecita y una tapita de lo que fuera (o un sandwich) y nada, a la hora que tocaba el fútbol se acabaron las películas o los dibujos. La cosa se iba poniendo más seria, cuando le dio por ver la tele sin sonido y poner la radio porque "los comentaristas de radio te cuentan el partido mejor", y mi hermano, muy serio, decía que sí, que por la radio los partidos se vivían mejor. Y luego, si ver todos los partidos que se retransmitían un domingo por la tarde no era suficiente, por la noche, el programa aquél (¿Estudio Estadio?) que te repetía las mejores jugadas de los diferentes partidos y te daba los resultados de la quiniela (que nunca nos tocaba). Vamos, que estoy segura de que a más de un@ le suena totalmente este escenario.
Con el paso del tiempo, me vengo para Brooklyn, donde el fútbol (o soccer como ellos lo llaman) no se lleva tanto. Se lleva el baseball, con dos equipos fuertes en NY, los famosos Yankees (del Bronx) y los Mets (de Queens), y el football, con otros dos equipos, los Giants y los Jets. Y resulta que voy y decido compartir mi vida con un fanático del soccer, que siempre es mejor que el baseball, porque al menos me entero de lo que va la movida.
El fútbol nos ha acompañado desde el día en que empezamos a salir. Es más, el día, o mejor dicho, la noche en que David me pidió que nos casáramos (en California, en junio de 2002) el partido protagonista fue el España-Paraguay del Mundial de 2002. Resulta que fuimos a ver el partido y Puyol, no sé si recordaréis, marcó un autogol en el minuto 10 de ese partido y ya se pensaba una que España iba a perder su puesto en el Mundial.... por lo que como, una niña chica, me pillé una rabieta y no quería hablar con nadie y el pobre David preguntándome si quería casarme con él y a mí que lo único que me importaba en ese momento era el 0-1, aunque al final ganamos 3-1... y sí, le dije que nos casábamos.
Casi 7 años más tarde, y aún seguimos viendo fútbol juntos. Vimos la final del Mundial de 2006 en Pittsburgh, en casa de nuestros amigos Eli y Bob, con el consiguiente mal rato de David que vio como Alemania (como sabéis es medio alemán) perdía la final ante Italia.
El año pasado estuvimos viendo la Eurocopa, apoyando a España, yendo a ver los primeros partidos en La Nacional. Los primeros partidos se podía entrar, pero ya cuando nos íbamos acercando a la final, era imposible pillar sitio y encima no hacían reservas, así que acabamos en un bar del barrio, Floyd, que es un bar que está en Atlantic Avenue, y que es casa de los aficionados del Tottenham Spurs en Brooklyn. Si a eso le unimos que el local de al lado es el Chip Shop, un local que vende comida British, os podéis imaginar cómo se pone los fines de semana.
Todos los fines de semana retransmiten partidos de la liga inglesa, y allá que se va David a ver los partidos en los que juega su equipo, el Liverpool. Hace un par de sábados me convenció para ir a ver un partido a ¡las 9 de la mañana!, el Manchester United-Liverpool. Me quedé alucinada al ver el local lleno de aficionados a esas horas (a una le gusta el fútbol, pero vamos, no tanto como para levantarse tan temprano un sábado por la mañana), hasta padres que se venían con los niños a ver el fútbol. Eso sí, los chiquillos pasaban del fútbol olímpicamente y los tenías en su mesita con lápices de colores o con mini-lectores de DVDs con películas de dibujos animados.
El domingo pasado David fue a ver el Liverpool-Aston Villa en Floyds (a ése no fui yo) y luego tiramos para Manhattan, que teníamos que acabar de hacer las últimas compras antes de que venga la enana, y acabamos en Nevada Smiths para ver la segunda parte del Barça-Málaga, que vaya mal rato, señores. Nevada Smiths es un bar que está en la 3 Avenida, en el East Village, y que es un bar dedicado sólo y exclusivamente al fútbol, aparte de ser el hogar de la peña del Barça en Nueva York. Cuando fuimos a ver el partido Barça-Málaga había pantallas retransmitiendo partidos de la liga de Brasil, de la liga inglesa y de la española y se escuchaban gritos y comentarios en todos los idiomas.
Para aquéllos a los que les guste el fútbol los domingos por la tarde:
Floyd
131 Atlantic Avenue
Brooklyn, NY 11201
Tel: (718) 858-5810
Nevada Smiths
74 Third Ave
New York, NY 10003
Tel: (212) 982-2591
Cada vez que pienso en esa canción me parto, más que nada porque de chica, el fútbol no me gustaba tanto. Todos los domingos por la tarde mi padre se ponía su cervecita y una tapita de lo que fuera (o un sandwich) y nada, a la hora que tocaba el fútbol se acabaron las películas o los dibujos. La cosa se iba poniendo más seria, cuando le dio por ver la tele sin sonido y poner la radio porque "los comentaristas de radio te cuentan el partido mejor", y mi hermano, muy serio, decía que sí, que por la radio los partidos se vivían mejor. Y luego, si ver todos los partidos que se retransmitían un domingo por la tarde no era suficiente, por la noche, el programa aquél (¿Estudio Estadio?) que te repetía las mejores jugadas de los diferentes partidos y te daba los resultados de la quiniela (que nunca nos tocaba). Vamos, que estoy segura de que a más de un@ le suena totalmente este escenario.
Con el paso del tiempo, me vengo para Brooklyn, donde el fútbol (o soccer como ellos lo llaman) no se lleva tanto. Se lleva el baseball, con dos equipos fuertes en NY, los famosos Yankees (del Bronx) y los Mets (de Queens), y el football, con otros dos equipos, los Giants y los Jets. Y resulta que voy y decido compartir mi vida con un fanático del soccer, que siempre es mejor que el baseball, porque al menos me entero de lo que va la movida.
El fútbol nos ha acompañado desde el día en que empezamos a salir. Es más, el día, o mejor dicho, la noche en que David me pidió que nos casáramos (en California, en junio de 2002) el partido protagonista fue el España-Paraguay del Mundial de 2002. Resulta que fuimos a ver el partido y Puyol, no sé si recordaréis, marcó un autogol en el minuto 10 de ese partido y ya se pensaba una que España iba a perder su puesto en el Mundial.... por lo que como, una niña chica, me pillé una rabieta y no quería hablar con nadie y el pobre David preguntándome si quería casarme con él y a mí que lo único que me importaba en ese momento era el 0-1, aunque al final ganamos 3-1... y sí, le dije que nos casábamos.
Casi 7 años más tarde, y aún seguimos viendo fútbol juntos. Vimos la final del Mundial de 2006 en Pittsburgh, en casa de nuestros amigos Eli y Bob, con el consiguiente mal rato de David que vio como Alemania (como sabéis es medio alemán) perdía la final ante Italia.
El año pasado estuvimos viendo la Eurocopa, apoyando a España, yendo a ver los primeros partidos en La Nacional. Los primeros partidos se podía entrar, pero ya cuando nos íbamos acercando a la final, era imposible pillar sitio y encima no hacían reservas, así que acabamos en un bar del barrio, Floyd, que es un bar que está en Atlantic Avenue, y que es casa de los aficionados del Tottenham Spurs en Brooklyn. Si a eso le unimos que el local de al lado es el Chip Shop, un local que vende comida British, os podéis imaginar cómo se pone los fines de semana.
Todos los fines de semana retransmiten partidos de la liga inglesa, y allá que se va David a ver los partidos en los que juega su equipo, el Liverpool. Hace un par de sábados me convenció para ir a ver un partido a ¡las 9 de la mañana!, el Manchester United-Liverpool. Me quedé alucinada al ver el local lleno de aficionados a esas horas (a una le gusta el fútbol, pero vamos, no tanto como para levantarse tan temprano un sábado por la mañana), hasta padres que se venían con los niños a ver el fútbol. Eso sí, los chiquillos pasaban del fútbol olímpicamente y los tenías en su mesita con lápices de colores o con mini-lectores de DVDs con películas de dibujos animados.
El domingo pasado David fue a ver el Liverpool-Aston Villa en Floyds (a ése no fui yo) y luego tiramos para Manhattan, que teníamos que acabar de hacer las últimas compras antes de que venga la enana, y acabamos en Nevada Smiths para ver la segunda parte del Barça-Málaga, que vaya mal rato, señores. Nevada Smiths es un bar que está en la 3 Avenida, en el East Village, y que es un bar dedicado sólo y exclusivamente al fútbol, aparte de ser el hogar de la peña del Barça en Nueva York. Cuando fuimos a ver el partido Barça-Málaga había pantallas retransmitiendo partidos de la liga de Brasil, de la liga inglesa y de la española y se escuchaban gritos y comentarios en todos los idiomas.
Para aquéllos a los que les guste el fútbol los domingos por la tarde:
Floyd
131 Atlantic Avenue
Brooklyn, NY 11201
Tel: (718) 858-5810
Nevada Smiths
74 Third Ave
New York, NY 10003
Tel: (212) 982-2591